martes, 27 de mayo de 2008

México, la esperanza en España


Por: LUIS LOSADA PESCADOR

Publicado el: 2008-05-27



No es por ser cursi, pero las grandes entidades financieras han visto en hispanoamérica su tabla de salvación. Hace sólo unos años los mercados financieros españoles descontaban el "riesgo latinoamericano" y valoraban los activos en el "Continente de la Esperanza" a cero. Hoy, esos activos se han convertido en los salvadores de la cuenta de resultados.
La morosidad bancaria española se ha disparado, el acceso a la financiación es más difícil que ayer y la actividad crediticia se ha visto seriamente reducida por el incremento de la gestión de riesgo y la estrecha vigilancia de las autoridades supervisoras.
Los márgenes están recortados y la competencia es dura. La única salida para bancos y cajas es su apertura al exterior. Principalmente hispanoamérica para los bancos y Europa del Este para las cajas.
Esta aventura internacional de las entidades financieras españolas es la que ha permitido salvar la cara de los resultados. La filial mexicana del BBVA, Bancomer, aporta cada año más a los resultados del banco "vasco". Y el Santander saltó de alegría cuando las agencias recalificaron positivamente Brasil como lugar donde invertir.
Tanto México como Brasil presentan tasas de crecimiento inimaginables en el "Viejo Continente". Según la Secretaría de Hacienda mexicana el crecimiento del primer trimestre fue del 3 por ciento, 10 veces superior al español, según las estimaciones del Banco de España.
Por su parte, el superávit crece un 110 por ciento más de lo previsto hasta los 100,8 mil millones de pesos mientras que en España la ralentización inmobiliaria se ha comido en el primer trimestre la mitad del superávit disponible.
México es una economía dinámica y llena de oportunidades que permiten altas tasas de crecimiento con márgenes más generosos que en el país de origen. Mientras en España cae un 11 por ciento la matriculación de vehículos y la compra/venta de viviendas recorta un 24 por ciento, en México la actividad hipotecaria está en ebullición y los préstamos al consumo no paran de crecer.
No es lo mismo. Por eso, aunque el Banco de España alerte que las economías emergentes no serán inertes a la crisis americana, la realidad es que la crisis "subprime" está tocando de refilón incluso a México que mantiene una alianza comercial con el "vecino del norte".
Por supuesto, el sector financiero no es el único con oportunidades. Cuando la construcción residencial española ha empezado a flaquear, hispanoamérica se presenta como un mar de posibilidades: desde promociones estándar hasta viviendas de lujo.
Además, el déficit de infraestructuras presenta un enorme potencial gracias a la colaboración público-privada. Es decir, la posibilidad de financiar obra pública con capital privado rentabilizando la inversión mediante peaje. La operación permite construir infraestructura sin endeudamiento, dinamizando la actividad sin coste alguno para el contribuyente.
Pero también existe otro ámbito de colaboración: la petrolera. Según la Secretaría de Hacienda, los ingresos petrolíferos han crecido en el primer trimestre un 6,1 por ciento, un 8,5 por ciento menos de lo previsto.
Y eso a pesar de que el crudo acumula un más que intenso recorrido alcista. Y es que la producción ha caído un 4,5 por ciento y las exportaciones han recortado un 10,7 por ciento.
Los datos ponen en evidencia la urgencia de una reforma energética que ponga en valor el enorme patrimonio de los mexicanos. Y aquí -de nuevo- cabe una colaboración público-privada de círculos virtuosos: el capital privado realiza la inversión y el contribuyentes recoge los beneficios.
Tan sólo hace falta que los políticos dejen la demagogia a un lado y trabajen con seriedad por el bien del país, aunque sólo sea esta vez. Si Pemex permitiera la colaboración con el capital privado, se abriría la puerta a una recaudación muy superior que permitiría competir con una fiscalidad muy atractiva y gozar de fondos públicos suficientes para financiar infraestructuras, educación y hospitales. El capital está listo. Hasta impaciente. Sólo hace falta la luz verde de la política.

No hay comentarios: